Una aperitivo ideal para esos domingos que tenemos invitados en casa, para que prueben alimentos nuevos, como la quinoa, y que disfruten de sus sabores y de su textura.
Ingredientes:
Partimos el brócoli en ramilletes y lo ponemos a hervir en una olla con agua y un poquito de sal.
Mientras está cociendo, picamos la cebolla finamente, y la salteamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva, un poquito de perejil y pimienta.
Tendremos que hacerla a fuego bajo, para que se vaya dorando y queda muy tierna.
Casi al final de la cocción pondremos un chorrito de vino blanco, dejándolo unos minutos más para que se evapore. Apagamos y reservamos.
A la vez que hacemos la cebolla tenemos que controlar que el brócoli no se haga demasiado, a mí me gusta que quede en su punto.
Cuando ya esté listo lo sacamos con una espumadera y lo dejamos escurriendo.
En el mismo agua de hervir el brócoli, echaremos la quinoa, cuando esté lista la escurrimos muy bien, que suelte todo el agua, e incorporamos todo (brócoli y quinoa), a la sartén junto con la cebolla.
Ahora tan sólo queda añadir un poquito de nata vegetal y dos huevos batidos. Mezclamos bien y ponemos en cuencos/ vasitos pequeños, indiviudales, para que sea un aperitivo rico de comer y que no llene.
El horno tendré que estar precalentado a unos 150-160 grados por los dos lados, y nuestros pastelitos se harán en unos 20 minutos, dependiendo de la capacidad de vuestros cuencos.
Se dejan templar una vez estén y listo para sorprender a nuestros invitados.


Ingredientes:
- medio brócoli
- 1 cebolla
- 1 taza de quinoa
- media taza de nata vegetal
- 2 huevos de corral
- sal
- aceite de oliva virgen extra
- perejil
- pimienta
- vino banco
Partimos el brócoli en ramilletes y lo ponemos a hervir en una olla con agua y un poquito de sal.
Mientras está cociendo, picamos la cebolla finamente, y la salteamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva, un poquito de perejil y pimienta.
Tendremos que hacerla a fuego bajo, para que se vaya dorando y queda muy tierna.
Casi al final de la cocción pondremos un chorrito de vino blanco, dejándolo unos minutos más para que se evapore. Apagamos y reservamos.
A la vez que hacemos la cebolla tenemos que controlar que el brócoli no se haga demasiado, a mí me gusta que quede en su punto.
Cuando ya esté listo lo sacamos con una espumadera y lo dejamos escurriendo.
Ahora tan sólo queda añadir un poquito de nata vegetal y dos huevos batidos. Mezclamos bien y ponemos en cuencos/ vasitos pequeños, indiviudales, para que sea un aperitivo rico de comer y que no llene.
El horno tendré que estar precalentado a unos 150-160 grados por los dos lados, y nuestros pastelitos se harán en unos 20 minutos, dependiendo de la capacidad de vuestros cuencos.
Se dejan templar una vez estén y listo para sorprender a nuestros invitados.

